EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS.
El término “competencia” no es unívoco, es decir no siempre tiene el mismo significado.
En una de las acepciones se entiende este concepto como una rivalidad, por ejemplo en una competencia deportiva. También es común referirse a la competencia como aquella facultad de las personas o de las instancias en las instituciones; por ejemplo la competencia de los tribunales para tratar asuntos jurídicos.
En el caso del ámbito educativo la propuesta de significado se aleja de las definiciones anteriores, para lo cuál tomamos como referencia significados propuestos por diversos autores.
Para Sonia Lavín de Arrive es: "Un conjunto de habilidades, destrezas, conocimientos, actitudes y valores que califican al ser humano para desenvolverse en los distintos dominios que determinan su calidad de vida” (1990).
Sylvia Schmelkes ubica a las competencias como: “Un complejo que abarca al menos cuatro componentes: información, conocimiento, habilidad y valor. El concepto de competencia tiene un apellido, que es el de calidad de vida. En último término, la especificidad de la tarea educativa es ofrecer competencias para la calidad que, en el caso de los niños, se tiene que referir tanto al ahora como al futuro” (1994)
El informe La educación encierra un tesoro realizado para la UNESCO, por la Comisión Internacional sobre la educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors, propone que la educación debe de fundamentarse en cuatro pilares: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir en el contexto propio; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; el cuarto pilar, aprender a ser, es el proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuestos, estos cuatro vías convergen en una sola ya que existen entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.
Tomas Miklos, propone la definición de competencia como: “Situación de la vida real a las que responden de manera integral las capacidades básicas de un sujeto social (individual o grupal) para resolverla o manejarla. Esta debe ser tanto transferible a diversos contextos y condiciones como graduables y evaluable por niveles a su vez integrales. Las competencias le aportan sentido a las unidades de aprendizaje” (1998). Incorpora en su definición complementaria de capacidades básicas los elementos considerados por la UNESCO, diciendo: “Son las aptitudes individuales para hacer algo determinado y cuya concurrencia armónica, complementaria y sincrónica puede devenir en competencia bajo condiciones de completez y de integración. Estas son cinco: saber, saber hacer, poder hacer, querer hacer y querer convivir. Son portadores de conocimientos, habilidades, aptitudes y valores”.
Con base en lo anterior, retomo las aportaciones más significativas de los autores citados considerando que cada uno de ellos toca aspectos relevantes.
Lavín de Arrive destaca los aspectos que califican a un ser humano para desenvolverse en distintos ámbitos de la vida; Schmelkes enfatiza en los cuatro componentes de las competencias: información, conocimiento, habilidad y valor orientados hacia la calidad de vida; la UNESCO incluye “ los cuatro pilares de la educación”: el aprender a conocer, el aprender a hacer, el aprender a vivir juntos y el aprender a ser; Miklos señala la capacidad de los sujetos para resolver situaciones de la vida real e incorpora a lo planteado por la UNESCO, el quinto pilar que es el "querer hacer”.
Con base en estas aportaciones en el Modelo Educativo Basado en Competencias para la Vida, se retoman los elementos más importantes que existen en el campo y se propone la siguiente definición de “competencia”:
Un conjunto de conocimientos, habilidades y valores que involucra el ser, el saber hacer, el saber convivir y el querer hacer, que califica a la persona para conducirse de manera asertiva, en diversos ámbitos, con autonomía y en una acción transformadora hacia una vida de calidad.
El término “competencia” no es unívoco, es decir no siempre tiene el mismo significado.
En una de las acepciones se entiende este concepto como una rivalidad, por ejemplo en una competencia deportiva. También es común referirse a la competencia como aquella facultad de las personas o de las instancias en las instituciones; por ejemplo la competencia de los tribunales para tratar asuntos jurídicos.
En el caso del ámbito educativo la propuesta de significado se aleja de las definiciones anteriores, para lo cuál tomamos como referencia significados propuestos por diversos autores.
Para Sonia Lavín de Arrive es: "Un conjunto de habilidades, destrezas, conocimientos, actitudes y valores que califican al ser humano para desenvolverse en los distintos dominios que determinan su calidad de vida” (1990).
Sylvia Schmelkes ubica a las competencias como: “Un complejo que abarca al menos cuatro componentes: información, conocimiento, habilidad y valor. El concepto de competencia tiene un apellido, que es el de calidad de vida. En último término, la especificidad de la tarea educativa es ofrecer competencias para la calidad que, en el caso de los niños, se tiene que referir tanto al ahora como al futuro” (1994)
El informe La educación encierra un tesoro realizado para la UNESCO, por la Comisión Internacional sobre la educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors, propone que la educación debe de fundamentarse en cuatro pilares: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir en el contexto propio; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; el cuarto pilar, aprender a ser, es el proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuestos, estos cuatro vías convergen en una sola ya que existen entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.
Tomas Miklos, propone la definición de competencia como: “Situación de la vida real a las que responden de manera integral las capacidades básicas de un sujeto social (individual o grupal) para resolverla o manejarla. Esta debe ser tanto transferible a diversos contextos y condiciones como graduables y evaluable por niveles a su vez integrales. Las competencias le aportan sentido a las unidades de aprendizaje” (1998). Incorpora en su definición complementaria de capacidades básicas los elementos considerados por la UNESCO, diciendo: “Son las aptitudes individuales para hacer algo determinado y cuya concurrencia armónica, complementaria y sincrónica puede devenir en competencia bajo condiciones de completez y de integración. Estas son cinco: saber, saber hacer, poder hacer, querer hacer y querer convivir. Son portadores de conocimientos, habilidades, aptitudes y valores”.
Con base en lo anterior, retomo las aportaciones más significativas de los autores citados considerando que cada uno de ellos toca aspectos relevantes.
Lavín de Arrive destaca los aspectos que califican a un ser humano para desenvolverse en distintos ámbitos de la vida; Schmelkes enfatiza en los cuatro componentes de las competencias: información, conocimiento, habilidad y valor orientados hacia la calidad de vida; la UNESCO incluye “ los cuatro pilares de la educación”: el aprender a conocer, el aprender a hacer, el aprender a vivir juntos y el aprender a ser; Miklos señala la capacidad de los sujetos para resolver situaciones de la vida real e incorpora a lo planteado por la UNESCO, el quinto pilar que es el "querer hacer”.
Con base en estas aportaciones en el Modelo Educativo Basado en Competencias para la Vida, se retoman los elementos más importantes que existen en el campo y se propone la siguiente definición de “competencia”:
Un conjunto de conocimientos, habilidades y valores que involucra el ser, el saber hacer, el saber convivir y el querer hacer, que califica a la persona para conducirse de manera asertiva, en diversos ámbitos, con autonomía y en una acción transformadora hacia una vida de calidad.
